jueves, 13 de noviembre de 2008

Bibliografía

Rumbo al referendo – El futuro del Canal. Diario La Prensa. 27 de abril de 2006
Propuesta de ampliación del Canal de Panamá, 26 de abril de 2006
Constitución Política de la Republica de Panamá
Ley Orgánica 19 del 11 de junio de 1997
Compilación de artículos sobre la regulación y el funcionamiento del mercado de valores en Panamá, Tomo II. El Encanto Financiero del Canal de Panamá. Jose N. Abbo.
Compilación de artículos sobre la regulación y el funcionamiento del mercado de valores en Panamá, Tomo II. La ampliación del Canal y el mercado de valores Panameño. Carlos A. Barsallo P.
Empresas Familiares. Generación a Generación. Gersick, Davis, McCollom & Lansgberg. McGraw Hill 1997
Money, Banking and the Economy. Mayer, Duesenberry & Aliber. Norton. 1999

Recomendaciones

Definitivamente la recomendación más importante es la de buscar una parte de los fondos que se necesitan para la Ampliación y Construcción del Tercer Juego de Esclusas del Canal de Panamá en le mercado de valores de Panamá, a través de la Bolsa de Valores de Panamá.

Sin embargo debemos estar claros que el tamaño del mercado de valores local no aguanta una emisión por encima de los $500 millones, que pudiera representar no más del 15% del mercado en ese momento. Esta emisión jugará un doble papel donde no sólo se activara el mercado de valores, por un lado, sino que también se podrá incentivar a muchos inversionistas – tanto individuales como institucionales, y que haciendo las cosas organizadamente, se podrá atraer a inversionistas que nunca habían participado en el mercado de valores.

Se podrán establecer diferentes formas para que estos valores puedan llegar a los mercados que deseamos atacar – i.e. institucionales a través de licitación o individuales a través de participaciones de inversión.

También, los contratistas locales de la Ampliación y Construcción del Canal de Panamá, que esperamos sean en su mayoría medianas empresas, podrían acceder a financiamientos tanto directos como indirectos a través del mercado de valores local, por medio de formas creativas de financiamiento, de acuerdo al tamaño y necesidades financieras que se tengan.

Por ultimo, las empresas que indirectamente estarían involucradas con el proyecto de Ampliación y Construcción del Canal de Panamá, las cuales se esperan que en su mayoría sean pequeñas empresas, y que sus posibilidades de financiamiento son prácticamente nulas, podrían encontrar en el mercado de valores local una nueva manera de financiarse a través de iniciativas de fideicomisos o a través de bancos especializados fondeados en la Bolsa.

Pero para que alguna de estas iniciativas suceda, se necesita de una coordinación de autoridades gubernamentales – i.e. Autoridad del Canal de Panamá, Autoridad de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa y Comision Nacional de Valores, así como del apoyo de la bolsa de Valores de Panamá y de la empresa privada.

Conclusiones

El proyecto de Ampliación y Construcción del Tercer Juego de Esclusas del Canal de Panamá será un proyecto de tal magnitud que sus secuelas financieras, a pesar de que se tiene mucha esperanza que incrementen nuestra economía, serán mucho mayores de lo que nos hemos imaginado hasta ahora.

Directamente tenemos a los contratistas, especialmente los locales, que tendrán un auge al poder entrar a trabajar en un proyecto de esta magnitud. Y si hacemos bien las cosas, estas empresas podrán dar un salto impresionante en el tamaño de las mismas, y, de hecho, necesitaran cierto tipo de financiamiento en el mercado.

También contaremos con las empresas que indirectamente formaran parte de la Ampliación y Construcción del Tercer Juego de Esclusas del Canal de Panamá, que esencialmente serán pequeñas empresas, que podrán prestar servicios directos e indirectos a los contratistas, y que también podrán accesar a nuevos ingresos y que naturalmente tendrán la necesidad de financiamiento para poder llevar a cabo la prestación de servicios.

A pesar de que la gran mayoría de empresas locales que participen directa, o indirectamente en el proyecto de Ampliación del Canal de Panamá son empresas familiares, que por años se han comportado de una manera muy conservadora, especialmente en cuanto a financiamiento se trata, esperamos que el proyecto de Ampliación y Construcción del Tercer Juego de Esclusas del Canal de Panamá, con ciertas iniciativas que se puedan hacer en el mercado de valores, pueda ser la mecha que prenda la participación en masa de nuevas empresas en el mercado de valores, buscando nuevas alternativas de financiamiento.

Adicionalmente, esperamos que el proyecto sea tan atractivo, y románticamente apetecible para los inversionistas individuales, que todos los posibles inversionistas, que actualmente tiene sus ahorros en los bancos, y que viendo instrumentos financieros con buenos rendimientos, sean capaces de ampliar sus horizontes inversionistas y que puedan invertir en productos del mercado de valores.

En definitiva esperamos una mayor participación en el mercado de valores a través de la Bolsa de Valores de Panamá, donde podríamos contar son más emisores, más inversionistas y más intermediarios.

El panameño y su rol en el financiamiento de la Ampliación del Canal de Panamá

“Una política pública conveniente para el país sería la consecución de estos fondos, o parte de ellos, de la propia población panameña”[1]

Esta aseveración por parte del Dr. Barsallo debe ser la base para cualquier tipo de decisión financiera que se tenga que tomar en el futuro inmediato por parte de la dirección de la Autoridad del Canal de Panamá, en lo que se refiere a la consecución de fondos.

“Para ellos el Canal podría hacer una oferta pública de valores de deuda y orientarla a su distribución en forma directa entre los panameños”[2].

Definitivamente que el hacer una oferta publica sobre la deuda de la Autoridad de Canal de Panamá para financiera la ampliación del Canal y la construcción del tercer juego de esclusas, sería una de las formas correctas de democratizar este proyecto y darle oportunidades a los panameños a participar en el mismo.

“Por una parte, se hace participar y beneficiarse, en sentido económico, a la mayor cantidad de panameños. ¿No es mejor que los intereses que se tengan que pagar, vayan a dar directamente a la población antes que a otros proveedores de fondos locales o extranjeros?”[3].

Pero aquí tenemos que hacer la salvedad que el mercado de valores local no podrá absorber todas las necesidades de fondos de la ampliación del Canal de Panamá y de la construcción del tercer juego de esclusas. El mercado, al finalizar el año 2006 tenia un tamaño un poco menor al monto total de las necesidades financieras que se han calculado se necesitaría para financiar la obra.

“Con este ejercicio se fomentaría el desarrollo de un mercado de valores con participación de la empresa más importante del país y la que además presenta lazos afectivos para el panameño”[4].

La historia del Canal de Panamá ha marcado mucho la historia de nuestro país. Desde el hecho de que el tratado Hay – Bunau Varilla fue catalogado como “el tratado que ningún panameño firmó”, hasta el carácter de perpetuidad que le otorgaba el tratado el derecho de explotación y administración a los Estados Unidos a cambio de un pago irrisorio a Panamá, el Canal de Panamá se fue convirtiendo en una obsesión para los diferentes gobiernos, hasta que el tema explotó en 1964 y un presidente panameño se atrevió a romper relaciones con el coloso del norte.

Se siguieron haciendo otros intentos como el tratado 3 en 1 de 1967, que nunca fue ratificado, hasta que la dictadura que empezó en 1968, vió como un caballito de batalla el poder ponerle fin a este tema con la firma de un tratado que acabara con la perpetuidad de los Estados Unidos en la franja Canalera, hasta el 31 de diciembre de 1999 cuando por fin fuimos dueños de nuestro destino y empezamos a administrar el Canal de Panamá a partir del 1 de enero del años 2000.

Esta es una historia romántica, que terminó con un final feliz, y que su moraleja se está escribiendo año tras año con unos rendimientos financieros increíbles y que ni propios ni extraños pensamos que se iban a obtener tan fácil ni rápidamente.

“Son muchos los ejemplos en la historia de mercados internacionales en los cuales por medio de la promoción de ofertas de valores de deuda (no acciones, ya que no se trata de una privatización) en proyectos nacionales se ha invitado a la población a participar en el mercado de valores”[5].

Y como hemos mencionado bastante en este escrito, es una alternativa viable, democrática, inspiradora, práctica, interesante y sobre todo, nos permitirá el obtener fondos a un interés buenos para la Autoridad del Canal de Panamá.

“La oferta pública de valores por el Canal de forma directa a la población tendría consecuencias económicas, culturales y sicológicas importantes. Todo el que adquiera estos valores sería parte interesada directa. Además del valor histórico y emocional que tendría la inversión, se podría recibir un potencialmente atractivo retorno por la inversión. Es lo más próximo que tendríamos a una democratización del mercado de valores”[6].

Aquí el tema adicional será el de establecer un política de venta de estos valores a inversionistas individuales, y habría que revisar los formalismos legales establecidos o no en la ley, para determinar si esto es factible o no. Ya que si no es factible, la venta de los valores estaría a merced de cualquier tipo de inversionista.

Lo otro sería establecer dos tipo s de valores, uno para inversionistas individuales – si es factible – y otro para inversionistas institucionales, para satisfacer sus necesidades, ya que actualmente existe mucho apetito por valores, debido a la gran liquidez del mercado causada por las adquisiciones que se dieron en los últimos años.

“Si bien es cierto que en los mercados internacionales, y hasta en el local institucional, se pueden obtener los fondos requeridos, no se obtendrían nunca con las ventajas adicionales para el país que la propuesta conlleva. El hacer participar y beneficiarse económicamente y de forma directa a la población implica grandes ventajas de política pública que deben aprovecharse”[7].

Al poder asegurar que el mercado de inversionistas individuales va a tener una emisión especialmente diseñada para ellos, estaríamos haciendo varias cosas a favor del merado de valores en Panamá.

Primeramente, estaríamos ayudando al romanticismo que existe por el Canal de Panamá, ya que el panameño siente muy profundamente el Canal como suyo esta sería una excelente oportunidad para poder demostrar este sentido de pertenencia financiando, de alguna manera, la ampliación del Canal de Panamá y la construcción del tercer juego de esclusas.

La segunda implicación es más fuerte para el mercado. Estaríamos atrayendo a nuevos inversionistas, que nunca habían estado en el mercado de valores. Esto va mucho más allá que una campaña de educación al inversionista – es aprender haciendo. Y obviamente esto repercutirá en el largo plazo en el desarrollo del mercado de valores en Panamá.

Por años, el mercado de valores ha sido dominado por inversionistas institucionales más que por los inversionistas individuales. Esto se hace sumamente evidente en las Letras del Tesoro Nacional, las cuales, cada vez que son emitidas, van a una licitación ampliamente dominada (por no decir 100% dominada) por los inversionistas institucionales.

Pero, ¿como hacemos que ese inversionista individual común y corriente, que no es un inversionista sofisticado, que tiene cuenta de ahorros o si acaso un plazo fijo, tenga la vision de buscar mejores rendimientos en el mercado de valores?

La historia del mercado de valores ha sido una constante – no tenemos casi nada de inversionistas individuales. Es más los pocos que hay, siempre tienen el mismo tipo de cartera, invirtiendo en los mismos valores. Las mismas Casa de Valores, muchas veces tienen las mismas listas de inversionistas y se pelean por ellos.

De allí a que se piense que es por esta misma razón por la cual no se incrementa el mercado de inversionistas individuales, ya que ni las mismas Casas de Valores hacen un esfuerzo mayor por ubicar nuevos inversionistas, conformándose con contar con las mismas lista de inversionistas que emisión tras emisión, van invirtiendo, buscando nuevas alternativas de donde colocar su dinero.

¿Por que seguimos utilizando los mismos clientes individuales? ¿Como no somos capaces de atraer más inversionistas individuales? ¿Hasta cuando permaneceremos en esta era del “oscurantismo” para los inversionistas, donde no les podemos enseñar el final de este túnel donde encontraran las diferentes opciones del mercado de valores?

La falta de imaginación, y hasta de motivación de las Casa de Valores para con sus “brokers” puede ser un problema, que existe actualmente, pero que es fácil de remediar. El vender instrumentos financieros no sólo implica el conocimiento de los mismos y/o del mercado, sino que también necesita que estas mismas personas tengan la habilidad de vender productos y servicios de cualquier clase, en cualquier mercado.

Por otro lado, tanto la Comision Nacional de Valores, como la Bolsa de Valores de Panamá tienen que poner su granito de arena en este esfuerzo por crecer el mercado inversionista, específicamente el individual. Y una de las formas más apropiadas de hacer esto es a través de una estrategia corporativa, donde se venda el mercado de valores como una fuente de productos de inversión que compite con las cuentas de ahorros y las de plazo fijo.

Sin embargo, las Casa de Valores, en su gran mayoría, pertenecen a grupos financieros bancarios, que verían en esta campaña una forma de atacar su negocio de intermediación directo – cuentas de ahorros y de plazo fijo, en vez de pensar 100% como Casas de Valores donde se piensa primero en el cliente y en las diferentes alternativas de inversión que se le pueden ofrecer.

Imagínense todo lo que pierde un inversionista que tenga disponible más de $1,000 en sus cuentas de ahorros, donde pudiera estar consiguiendo alrededor del 3% p.a. de rendimiento en la misma, vs. un bono donde su retorno anual sería por encima de los 6% p.a. (y en muchos casos podemos encontrar hasta 8% p.a.). Y todo esto, con un riesgo relativamente bajo, en un mercado de valores, que sólo ha empañado su historia por los casos de Grupo Triangulo y Grupo Fotokina de los años 2,001. O sea, con una historia de éxitos muy buena.

Ahora, este posible inversionista verá como su dinero puede ayudar a la ampliación y construcción del tercer juego de esclusas del Canal de Panamá, y como el puede participar en este esfuerzo entrando a través de un mercado de valores, donde jamás hubiese pensado entrar. Un poco de romanticismo, como mencionamos anteriormente, también será un catalista para el apoyo que el inversionista individual quiera participar de un proyecto de esta envergadura.

[1] Compilación de artículos sobre la regulación y el funcionamiento del mercado de valores en Panamá, Tomo II. La Ampliación del Canal y el mercado de valores panameño. Carlos A. Barsallo P.

[2] Compilación de artículos sobre la regulación y el funcionamiento del mercado de valores en Panamá, Tomo II. La Ampliación del Canal y el mercado de valores panameño. Carlos A. Barsallo P.

[3] Compilación de artículos sobre la regulación y el funcionamiento del mercado de valores en Panamá, Tomo II. La Ampliación del Canal y el mercado de valores panameño. Carlos A. Barsallo P.

[4] Compilación de artículos sobre la regulación y el funcionamiento del mercado de valores en Panamá, Tomo II. La Ampliación del Canal y el mercado de valores panameño. Carlos A. Barsallo P.

[5] Compilación de artículos sobre la regulación y el funcionamiento del mercado de valores en Panamá, Tomo II. La Ampliación del Canal y el mercado de valores panameño. Carlos A. Barsallo P.

[6] Compilación de artículos sobre la regulación y el funcionamiento del mercado de valores en Panamá, Tomo II. La Ampliación del Canal y el mercado de valores panameño. Carlos A. Barsallo P.

[7] Compilación de artículos sobre la regulación y el funcionamiento del mercado de valores en Panamá, Tomo II. La Ampliación del Canal y el mercado de valores panameño. Carlos A. Barsallo P.

La pequeña empresa como motor de la Economía, y su vinculación con la Ampliación del Canal de Panamá – Financiamientos Especiales a través del Mercado

Como mencionamos anteriormente, muy pocas empresas han entrado al mercado de valores de Panamá. Las pocas que están (con un pico en 1999 con 157 emisores, nos encontramos actualmente con 93 emisores[1]), se han mantenido en el mercado, unas más activas que las otras, pero confiando en los resultados que una emisión puede tener en los resultados financieros de la empresa.

Todavía pienso que existen muchas razones por las cuales una empresa puede incursionar en el mercado de valores para buscar financiamiento para sus proyectos, y estas razones están muy por encima de las posibles desventajas que el sistema pueda tener. Y al final del día, las empresas que toman su decisión y deciden entrar al mercado de valores no sólo logran sus objetivos, sino que nunca se arrepienten de haber entrado al mercado, y se preguntan el porque no lo habían hecho antes.

¿Pero como hacemos viable la entrada de pequeñas empresa al mercado de valores, si ya de por si, es sumamente difícil el que las medianas empresas puedan hacerlo? Hay que ser sumamente creativos en establecer un mecanismo para que estas empresas participen del mercado de valores en Panamá, buscando las formas o vehículos legales que la ley panameña, que es muy amplia y moderna en este sentido, nos permita desarrollar.

También, es supremamente importante en desarrollar estos vehículos legales con un costo que sea relativamente más bajo, que las pocas alternativas que se encontrarían en el mercado y que no sean un obstáculo para que cada vez más empresas participen del mercado de valores – ya sea directa o indirectamente.

Debemos recordar también que la mayoría de las empresas en Panamá, y de hecho en la gran mayoría del mundo, son empresas familiares. Pero las empresas familiares son el motor de la economía, y su presencia es tan fuerte en cada país, que sin ellas estoy seguro que la economía no se moviera.

“Los artículos dedicados a la empresa familiar presentan conjeturas respecto al numero de empresas controladas por familias, pero incluso según las estimaciones más conservadores, entre el 60% y el 80% (en Panamá esta cifra es superior) de las empresas de todos el mundo son propiedad de familias o están dirigidas por ellas”.[2]

La gran mayoría de las grandes empresas a nivel mundial, han nacido de una empresa familiar que ha ido creciendo, no sólo en tamaño de activos y nivel de ventas, sino que ha tenido la previsión de prepararse para el futuro, haciendo planes estratégicos, cambiando su estructura organizacional, “corporatizando” la empresa, contratando profesionales para los puestos claves, en fin, están “desfamiliarizando” la empresa, para hacerla más fuerte y pensando en el largo plazo.

Pero ojo, esto no pasa de la noche a la mañana, sino que tenemos que esperar varias generaciones para que esto suceda. Y obviamente, tiene que existir un mercado de valores lo suficientemente activo, y democratizado, de manera que estas empresas puedan cambiar su manera de manejarse a través de un vehículo nuevo – la empresa pública.

Generalmente, el dueño – patriarca – de la empresa, generalmente es una persona reservada, que no desea mostrar lo que hace su empresa, ni los secretos financieros que la misma tiene. Todavía tiene muchas reticencias a mostrar sus estados financieros, ya que con esto le daría su estrategia a la competencia. Sin embargo, los estados financieros son una radiografía de la empresa en un momento específico, y aunque te puede mostrar cuanto tiene en activos totales, activos fijos, cuentas por cobrar, en las cuentas de bancos, cuanto vende, y sus inventarios, esto no le da los “secretos” de la empresa ni a la competencia ni al mercado.

Aquí en Panamá muy pocas empresas han pasado de ser empresas familiares a ser empresas públicas – con acciones en el mercado. Sin embargo, si se ha tenido algo de éxito con empresas familiares en hacerse publicas a través de bonos. Es como entrar al mar de a poquito, primero los pies, luego las piernas, luego el torso y por ultimo la cabeza, de manera tal que el frío que tiene el mar lo vaya absorbiendo la empresa poco a poco.
Pero tenemos que tener bien claro que, para que una economía exista, es necesario que existan más empresas, y la única forma que esto sucede es que existan más empresas – generalmente pequeñas y en su gran mayoría familiares. Es decir, que las nuevas empresas son necesarias, independientemente del tamaño de la misma y la forma en que la misma lleve a cabo sus negocios.

Ahora bien, ¿como estas empresas van a tomar parte en un proyecto tan grande como la Ampliación del Canal de Panamá? ¿Como las podemos hacer participe de esta bonanza económica que un proyecto de esta magnitud representa? Y, ¿como podemos asegurarnos, por medio del mercado de valores, que estas empresas podrán contar con financiamiento para poder participar de los proyectos de ampliación del Canal de Panamá?

Definitivamente que todas estas interrogantes son validas y merecen un desarrollo para que podamos comprender el alcance de las mismas, reflexionemos como sociedad lo que esto implica, como participantes del mercado de valores estemos claros en lo que esto significará a largo plazo para el mercado, y como funcionarios realicemos y ayudemos a que estas empresas puedan participar como jugadores del mercado de valores.

Sería utópico pensar que las empresas pequeñas puedan participar, directamente, en un proyecto de tal envergadura, como el de la Ampliación y construcción del Tercer Juego de Esclusas del Canal de Panamá. Sin embargo, indirectamente, estas pequeñas empresas podrán brindar servicios a los contratistas y los trabajadores de estos contratistas, del Canal de Panamá.

Lo primero es imaginarse el desarrollo que tendrán las áreas revertidas con un proyecto tan grande como este, y lo que representa en términos de infraestructura, servicios, y otros. Si solamente con vender la gran cantidad de propiedades – básicamente viviendas – en las áreas revertidas (Clayton, Albrook, Cárdenas, Los Ríos, Balboa, etc.), le ha dado vida a un sector de la geografía de nuestra ciudad, el cual se ha desarrollado poco a poco, pero constantemente, es innegable que trasladando a una gran cantidad de trabajadores de diferentes niveles – más empresas de soporte, hasta esta área se traducirá en un desarrollo mayor.

Desde restaurantes, fondas, servicios de transporte, desarrollo de locales comerciales e inclusive desarrollo de viviendas, hasta salones de belleza, internet café, franquicias de restaurantes de comida rápida, y muchos más, es lo que nos encontraremos en un futuro muy cercano en las áreas revertidas. Y la única razón por la cual estas empresas se podrán instalar en estas áreas es debido a la Ampliación y Construcción del Tercer Juego de esclusas del Canal de Panamá.

Muy pocas cosas se hacen, desde le punto de vista financiero, para las pequeñas y medianas empresas. Aun cuando AMPYME tiene un programa donde garantiza hasta $30,000 en los programas de financiamiento para este segmento del mercado en los bancos, esto sólo puede representar hasta el 50% del monto del préstamo, y el banco tiene que hacer los esfuerzos necesarios para cobrar, antes que AMPYME pueda pagarle de vuelta al banco en caso de que el préstamo se convierta en una cuenta mala. Por lo tanto, este programa no es tan atractivo para el banco, ya que continúa con mucho riesgo. Existen bancos como Multi Credit Bank, Caja de Ahorros, Mi Banco y otros, que se han especializado en este segmento del mercado, pero aún así no resuelven con todas las necesidades de este tipo de empresas.

Por lo anterior, se pudiera hacer un fideicomiso especializado, bastante parecido a la desviación que le hicimos para el negocio de factoring, pero que se constituyera basado en prestamos a la pequeña empresa y con garantía de pagarés, garantías muebles e inmuebles, contratos a mediano y largo plazo, pero que necesitará un manejo especializado tipo banco, lo que se traducirá en costos de manejos relativamente altos. Si n embargo, el rendimiento de esta cartera, puede ser sustancialmente superior a los normal bancario, que pueda absorber el riesgo inherente del segmento de mercado en el cual se estaría manejando el fideicomiso.

El fideicomiso se podría manejar de dos formas, o por medio de participaciones, como Jose Abbo sugirió para los pequeños inversionistas de bonos para financiar la ampliación y construcción del tercer juego de esclusas del Canal de Panamá, o simplemente por medio de la emisión de bonos a cinco años (cubriendo la posición de tesorería de los préstamos antes mencionados)[3].

Si se hace por medio de participaciones, todo el rendimiento del fideicomiso seria pagado a las participaciones, luego de obtener los costos y gastos de la operación. Aquí el vehiculo trabajaría como si fuera una acción. Esto sería muy parecido a la operación de un banco 100% público, y pudiera operar el fideicomiso bajo la estructura de una financiera, en vez de la de banco, que hace el negocio más costoso y no necesariamente más eficiente.

En el caso de los bonos, la operación del fideicomiso pudiera ser de tres maneras. La primera sería la de que los bonos obtengan su rendimiento pactado, se cobran los costos y gastos de la operación, y la ganancia sería para el fideicomiso. La segunda es que se pagan el rendimiento pactado del bono, se cobran los gastos, y el remanente queda como una ganancia retenida para la operación del fideicomiso para seguir trabajando a largo plazo (esto permitirá bajar los costos a los clientes – pequeña empresa - o establecer las reservas necesarias para el futuro, mitigando el riesgo de la operación). La tercera sería la de pagar el rendimiento pactado a los bonohabientes, cobrar los costos y gastos de la operación y el remanente se repartiría a los bonohabientes, de acuerdo a una cláusula especial en el mismo.

Otra opción sería la de crear un banco directamente, especializado en este segmento del mercado. Ahora bien, ¿Cómo sería la estructura accionaria? ¿Se lleva directo el proyecto a la bolsa? Pero los requisitos para ser un banco, no te permiten ir directamente a bolsa ya que tendrías que mostrar la capacidad financiera del proyecto. O se empieza directamente como financiera, y una vez que el capital esté cónsono con la Ley Bancaria para bancos de licencia general, se convierte la financiera en banco.

Al crear esta estructura directamente, te evitas las suspicacias de a quien va a ir la utilidad de la operación, y queda definido directamente para los accionistas. Lo único que hacer un compromiso más a largo plazo con una operación bancaria o de financiera, es que existen una par tópicos que habría que aclarar antes de empezar.

El primero es el hecho de que existe el mito de que este segmento del mercado no paga. Aun cuando la realidad ha sido otra, con niveles de morosidad, inclusive, más bajos que la banca comercial per se, todavía existe este mito. Sin embargo, lo que si es cierto es que el segundo problema si es real. Y es el hecho de que este tipo de cliente requiere de mucho monitoreo y de mucho asesoramiento para que el negocio surja. Y es allí donde realmente esta el problema para muchos posibles accionistas.

Lo ideal sería el presentar un programa de trabajo que haga sentido para Panamá, donde el seguimiento y asesoramiento serían la base para el funcionamiento del banco, y su estructura organizacional sea lo suficientemente flexible que parezca un banco, pero que al mismo tiempo permita seguir las propias normativas que este tipo de mercado dicta.

En fin, se cual sea el proyecto que se pueda desarrollar, es indiscutible que este mercado necesita ser apoyado por el mercado de valores para que el mismo tenga un futuro, mostrándole a los futuros emisores las ventajas que tiene el utilizar el mercado de valores y haciéndole ver que los mitos que existen son infundados.

[1] Fuente – Bolsa de Valores de Panamá
[2] Empresas Familiares. Generación a Generación. Gersick, Davis, McCollom & Lansgberg. McGraw Hill 1997. Pág. 2
[3] Compilación de artículos sobre la regulación y el funcionamiento del mercado de valores en Panamá, Tomo II. El Encanto Financiero del Canal de Panamá. Jose N. Abbo.

Financiamiento Alternativo a los Contratistas de la Ampliación del Canal de Panamá

Generalmente, los diferentes tipos de contratistas en Panamá que trabajan con el gobierno central, entidades autonomías y semi autónomas, una vez que ganan licitaciones, amarran sus contratos y empiezan a ejecutar sus trabajos, tienden a utilizar diferentes tipos de financiamientos en el mercado financiero, buscando la liquidez necesaria para asumir sus compromisos de una manera más inmediata, sin necesidad de esperar meses a que el gobierno resuelva pagar las facturas.

Una de las formas más buscadas de financiamiento es a través del mal llamado factoring, y digo mal llamado ya que aquí en Panamá realmente no se hace un factoring puro (compra de la factura y traspaso de la propiedad de la misma, con los riesgos que ello implica), sino que se utiliza la factura como medio de repago de un financiamiento que se otorga por la calidad del cliente final y del cliente inmediato, al que además se le pide un recurso (generalmente un pagaré), en caso tal que no se logre cobrar la factura.

Aquí vemos como han proliferado empresas de factoring, las cuales todavía no tienen un marco regulatorio como lo tienen las empresas financieras, las de leasing y los bancos, lo cual hace que el mercado no tenga limites y que en muchos casos el contratista este trabajando para otro y no vea ningún tipo de ganancias.

También, si el contratista es lo suficientemente grande y prestigioso, es posible que pueda obtener financiamiento bancario para poder llevar a cabo la licitación que se ganó, sin ningún problema, trabajando con una tasa de interés lo suficientemente baja que le permita obtener una buena ganancia sobre su trabajo.

Como cualquier institución bancaria, se le requerirá algún tipo de garantía al contratista, más allá del contrato o licitación ganada, que le permita al banco el poder tener un certeza que obtendrán un repago. Este riesgo se pudiera ver mitigado por medio de un contrato o una certificación de la Autoridad del Canal de Panamá, donde se demuestre que este contratista tiene un trabajo especifico (ya sea directo como contratista, o indirecto como sub-contratista) con la Ampliación y Construcción del Tercer Juego de Esclusas del Canal de Panamá

Los bancos tienden a tomar algo de riesgo, pero este riesgo, por las regulaciones por parte de la Superintendencia de Bancos, tiende a ser relativamente bajo, por lo que las garantías son de rigor en casi todas sus transacciones.

Lo más probable es que ningún contratista tenga la garantía necesaria para poder afrontar los requerimientos del banco, y he allí el problema: el contratista se ve obligado a acudir a préstamos más caros por no poder hacerle a todos los requisitos que pide una entidad bancaria.

Los contratistas directos del proyecto de ampliación del Canal de Panamá no van a ser pequeñas empresas, por el contrario, en el mejor de los casos serían medianas empresas, con ventas entre $1, 000,000 a $2.5 millones anuales, y que con este proyecto pudieran estar a un paso de convertirse en empresas de mayor tamaño.

Pero si tienen que acceder a los mercados financieros caros para poder financiar su operación, difícilmente podrán convertirse en grandes empresas. Además de la banca local, estas empresas podrían acceder el mercado de valores, dependiendo del tamaño de la licitación que ganen, ya que existe un mínimo financiero para lanzar una emisión en el mercado de valores local

Definitivamente el mercado de valores local no tiene mucha experiencia tratando con empresas que no tengan gran tamaño. Es más, son contadas las empresas que no tienen gran tamaño y entrar en el mercado de valores buscando nuevas opciones de financiamiento. Pero una vez lo hacen, se entregan al mercado, ya que se dan cuenta que el mismo les resuelve, y es un mercado más noble que el del sistema bancario.

Pero el principal problema que enfrentan las empresas medianas es el de encontrarse con costos más altos que los costos bancarios. Generalmente los bancos están cobrando comisiones de cierres sobre sus prestamos que van desde ¼% a 1% (y más) dependiendo del tamaño del cliente.

El otro costo que influye en la decisión es el 1% de FECI mensual que se cobra de la misma manera en que se cobran los intereses, e indiscutiblemente la tasa de interés es el factor más importante. Inclusive, por representar más riesgo para la industria, las tasas de interés tienden a ser más altas que lo que normalmente se cobra a otras empresas.

Nos encontramos generalmente con clientes cuyo perfil en el banco no es tan atractivo y no les interesa tanto como un cliente grande que – en teoría – tiene menos riesgo. Pero la historia nos ha demostrado que los clientes grandes no necesariamente son los mejores clientes.

Ahora, los costos de entrar al mercado de valores si son sustancialmente mayores a los que consiguen estas empresas en el mercado financiero, muy específicamente en los factoring – muchas veces costos por encima de 24% anual (incluyendo comisiones). Mientras que en el mercado de valores, estos costos pudieran estar, cuando mucho, por el orden del 10% anual, lo que hace que esta alternativa sea lo suficientemente atractiva como para evaluarla.

El problema radicaría, en el monto de la transacción, ya que si la misma no llega ni siquiera a $1, 000,000 la verdad es que no hace mucho sentido el entrar en el mercado de valores. Los costos para un emisión se encarecen al tener emisiones de menos de $1, 000,000, ya que existen muchos costos fijos que no ayudan en el costo ponderado de la emisión.

Una solución sería que la Comisión Nacional de Valores y la Bolsa de Valores de Panamá hicieran una tabla de costos basada en el tamaño de la empresa, para incentivar a las medianas empresas a entrar en el mercado de valores.

Definitivamente una vez se demuestra – financieramente – que el cambio del mercado bancario al mercado de valores hace sentido, todo es cuestión de tiempo para que el nuevo emisor se convierta en un fiel creyente del sistema.

Pero primero, también debe perder el miedo a mostrar sus cifras (con los cambios en la ley, ahora los estados financieros pueden ser sólo enviados a la Bolsa de Valores de Panamá e inclusive mostrados en el propio website de la empresa) y realmente asegurarse que el miedo, general, al mercado de valores es sólo un mito.

Esto de probar que cualquier empresa, en buenas condiciones puede participar del mercado de valores sin ningún problema, como efectivamente lo muestran los clientes satisfechos de la mediana empresa, que han incursionado en el mercado de valores y que definitivamente se han mantenido renovando cada año sus emisiones.

Estoy seguro que la ampliación del Canal de Panamá representa una excelente coyuntura para todas las empresas que estén interesadas en nuevas formas de financiamiento, e inclusive más barato, y menos engorroso (aunque no lo crean), y aun cuando el mercado esta bien regulado, es sumamente fácil el cumplir con todos los requisitos tanto de la Comision Nacional de Valores, como de la bolsa de Valores de Panamá vs. cumplir con todas las exigencias del sistema bancario, que poco a poco están pidiendo garantías no sólo de los dueños de las empresa, sino también de todos los miembros de la familia hasta del cuarto grado de consanguinidad, incluyendo el gato y el perro).

Este ha sido el efecto secundario que dejaron las quiebras fraudulentas de el Grupo Triangulo y del Grupo Fotokina, donde el mercado financiero, e incluso el mercado de valores, salieron castigados por unos eventos que sucedieron a dos grupos comerciales de gran tamaño en el país, pero donde los únicos culpables salieron del sistema financiero, al no ponderar correctamente el riesgo que representaba el sobre endeudar a los mismos por encima de los intereses de los bancos de ganar más dinero.

Una opción seria la de hacer un fideicomiso, utilizando la misma estructura que mencionamos con la propuesta de Jose Abbo en su escrito “El Encanto Financiero del Canal de Panamá”, cambiando el mandato del mismo a únicamente adquirir facturas con el sólo propósito de proveer recursos de capital a los contratistas directos de la ampliación del Canal de Panamá.

Para la obtención de este capital con el cual se adquirirán dichas facturas, se emitirán certificados de participación en el fideicomiso a través de una oferta pública inicial en la Bolsa de Valores de Panamá. Dichos certificados negociables representarían una participación fraccionaria en los instrumentos de deuda que ha adquirido el fideicomiso. Estos pudieran ser emitidos con un valor nominal lo suficientemente accesible para el “pequeño” inversionista, digamos US$25.00 por certificado”[1]

Obviamente, aquí la operación del fideicomiso requiere de un expertise, por el cual necesitamos una estructura organizacional más estructurada, sin embargo, el retorno sería superior al que la propuesta original de Jose Abbo hizo.

Otro punto interesante sería el de poder “certificar” que el contratista está trabajando directamente con la Autoridad del Canal de Panamá, bajo un contrato amparado con la licitación respectiva. Aquí es importante trabajar de forma muy compenetrada con la Autoridad del Canal de Panamá, basado en un arreglo de autoridades gubernamentales – ACP y CONAVAL, que permita una integración de ambos en este proyecto, avalado por el Estado, pero que este manejado por la empresa privada.

Lo importante aquí seria el hacer una estructura lo suficientemente eficiente que permita el desembolso lo más rápido posible de manera que esta realmente sea una buena alternativa para los contratistas. Es decir, tener el expertise necesario para un proceso productivo y eficiente que redunde en beneficios APRA las empresas y el fideicomiso.

Y por último, el efecto cascada que este tema podría tener es que las empresas de igual tamaño, independientemente que estén o no ligadas a al Ampliación del Canal de Panamá, verían con muy buenos ojos el entrar al mercado de valores, o por lo menos evaluarlo de una manera más objetiva.

Después de 17 años de haber lanzado su primera emisión en el mercado local, la Bolsa de Valores podría ver la entrada masiva de empresas no tradicionales en el mercado. Lo importante es que este segmento del mercado entienda las diferentes opciones que existen en el mercado de valores para los diferentes proyectos que existan, sin importar su tamaño, y que permitan la mayor participación de empresas en la Bolsa de Valores de Panamá.

Con esto se cumpliría con muchos anhelos de los fundadores de la Bolsa de Valores de Panamá, y de mucha de la gente que se ha esforzado por incrementar el volumen del mismo, atraer nuevas empresas y realmente democratizar el mercado de valores en Panamá.

Un mercado con más jugadores – emisores – nos traerá muchas ventajas, y nos pondría a la vanguardia en la región (Centroamérica). Y un empuje de esta clase, por el proyecto de ampliación del Canal de Panamá, sería la llama que se necesitaría para encender el mercado de Valores de Panamá a través de las empresas no tradicionales.

[1] Compilación de artículos sobre la regulación y el funcionamiento del mercado de valores en Panamá, Tomo II. El Encanto Financiero del Canal de Panamá. Jose N. Abbo.

El Mercado de Valores en la Ampliación del Canal de Panamá

Antes de hablar sobre como la Bolsa de Valores de Panamá podría participar como un jugador importante en los mecanismos de financiamiento de la ampliación del Canal de Panamá, aquí tenemos que hacer un alto para analizar al Canal de Panamá como sujeto de crédito, y su capacidad para repagar cualquier tipo de deuda que tenga que adquirir.

El punto más importante acerca de la Autoridad del Canal de Panamá y sus Estados Financieros radica en el hecho que no tiene ningún tipo de deuda, es decir, que todo el mantenimiento hecho hasta ahora ha salido directamente del flujo de efectivo que genera la operación del Canal de Panamá. Esto hace que esta empresa tenga unos estados financieros envidiables, y que lo demuestran sus razones más importantes:

Impresionante ha sido el desarrollo financiero del Canal de Panamá bajo administración panameña, demostrando un crecimiento sin paralelo año tras año y que sirve de base para pensar en un futuro promisorio para el mismo, además de demostrar un manejo profesional como empresa privada en vez de entidad gubernamental.

Desde el crecimiento consistente de los ingresos del Canal, hasta un control bastante bueno de los gastos operativos, la operación financiera del Canal es muchísimo mejor que gran cantidad de empresas cotizando en la Bolsa de Valores de Panamá, e inclusive de Latinoamérica.

Con un endeudamiento de menos del 7%, una razón corriente arriba de 3, desde que Panamá tomo el control del Canal, hasta un ROE y ROTA que año tras año mejoran y se encuentra en o cerca del 20%, la ACP se encuentra lista para ser calificada por su riesgo y estamos seguros que tendrá grado de inversión sumamente favorable para los mercados internacionales.

Como podemos apreciar en este cuadro, durante los últimos cinco años, tantos los ingresos como la utilidad neta, así como los aportes del Canal al Tesoro Nacional han ido aumentando a un excelente ritmo, que ha dado como resultado que Panamá recibiera más contribución del Canal de lo que recibió bajo el manejo de los Estados Unidos en casi 100 años.

Interesante también es el hecho que el exceso aportado al Tesoro Nacional representa casi el 40% de la Utilidad Neta de la ACP durante los últimos 2 años. Y si contamos con los montos de la depreciación para obtener el EBITDA, todas estas cifras son mucho más saludables e impresionantes.

Según la Propuesta de Ampliación del Canal de Panamá – Proyecto del Tercer Juego de Esclusas, del 25 de abril de 2,006, en su pagina 64, “durante la ejecución de la propuesta del tercer juego de esclusas, el Canal continuará realizando aportes crecientes al Tesoro Nacional. Ello es así porque el Canal hará, como siempre, los pagos correspondientes al tonelaje neto de los buques que transitan por el Canal”[1].

Hemos utilizado el mismo cuadro de la Figura 38 de la propuesta de la ampliación del Canal de Panamá, con el propósito de comprar peras con peras y determinar, por medio de proyecciones, como se verían los resultados de la operación durante los próximos 18 años, hasta el 2025, año en que se calcula se terminaría de pagar cualquier préstamo que se tome con el propósito de financiar la ampliación del Canal de Panamá.

Otro punto muy importante para la Autoridad del Canal de Panamá, es el hecho que por años, y manteniendo una disciplina de reservas que les permite apropiar de las ganancias montos específicos para rubros específicos (mantenimiento, riesgos catastróficos, programa socio ambiental de la cuenta hidrográfica, corporativa para contingencias y capital de trabajo, capitalización de la empresa, y otros[2]) se han establecido reservas, e inclusive en el año 2006 se hizo la primera reserva para la ampliación del Canal.

Los ingresos del Canal de Panamá, se componen de peajes, servicios relacionados con el tránsito, venta de energía eléctrica y de agua, intereses ganados (sobre inversiones y depósitos) y otros ingresos. Históricamente, los ingresos de peajes y servicios relacionados al tránsito componen más del 90% de los ingresos totales y que demuestran el enfoque tiene la Administración del Canal, al no desviar su enfoque de su negocio principal.

Sin embargo, tanto la venta de Energía Eléctrica como la de Agua, representan un rubro interesante dentro del negocio general de la ACP, y que no desvían los recursos de su negocio elemental. Es un simple aprovechamiento de capacidad instalada, y que adicionalmente beneficia al país.

De acuerdo a nuestro analisis, y utilizando las cifras anuales de inversión que se utilizaron para la “Propuesta de ampliación del Canal de Panamá, definitivamente, la ACP podrá pagar, sin ningún problema tanto los intereses generados como el capital requerido para financiar la operación. Tal y como dicen “el programa de ampliación es autofinanciable, y no endeudará al país, por razón que su financiamiento no será parte de la deuda soberana del estado"[3].

Tanto el aumento de los peajes, que ya empezaron a principios de este año, como el incremento del tonelaje causado por la ampliación de la via interoceánica, serán la base para la generación de los ingresos necesarios para cumplir con los compromisos financieros a adquirir por la ampliación del Canal.

Y todo esto sin que se requiera un aval ni garantía del gobierno central, ya que la ACP por si sola puede con su deuda. Es más, la ACP tiene un mejor perfil financiero que el estado, a tal punto que se espera un mejor grado de inversión, por medio de las calificadoras de riesgo, para la ACP y sus papeles, en contraste con el del país (a pesar que este último ha ido mejorando considerablemente en los últimos años).

Las posibles necesidades de financiamiento estarán dictadas por tres consideraciones, a saber:

Los montos de inversión requeridos por la obra y la necesidad de efectuar la construcción de la forma más rápida que sea técnica y económicamente viable, con el propósito de lograr la generación de beneficios lo más pronto posible y recuperar la inversión.
Los ingresos del Canal que resulten del volumen de tráfico por el Canal y de la política de precios que implemente la ACP, según las políticas de precios enunciadas.
La necesidad de obtener recursos externos de forma oportuna para cubrir los periodos de pico de construcción[4].

Definitivamente existen varias posibilidades para el financiamiento de la ampliación, e inclusive, si se manejan bien las cosas, probablemente la cifra a financiar sería muy inferior a $2,500MM. Pero independiente de la labor de Tesorería que tendría que hacer la ACP para manejar óptimamente su flujo de fondos, la ACP debe estar preparada para cualquier eventualidad. Es más “hasta la fecha, la ACP ha financiado todas sus inversiones de capital con recursos propios, con las respectivas aprobaciones del estado, pero por la magnitud de este proyecto de ampliación es prudente que la ACP cuente con recursos externos de financiamiento, a fin de ejecutar la obra oportunamente dentro del calendario propuesto. Este financiamiento puente para el período de construcción, al igual que en la construcción de otros proyectos, será pagado con los ingresos adicionales que justifican la rentabilidad de la obra”[5].

Pero antes de hablar sobre quien podría financiar la ampliación del Canal de Panamá, existe un proceso de aprobación de financiamiento de la ACP, el cual requiere de una aprobación del Consejo de Gabinete siguiendo una política de financiamiento bajo los siguientes criterios:

Marco Legal de las finanzas de la ACP: El Canal de Panamá pertenece al estado panameño. Sin embargo, por virtud del titulo constitucional que crea la Autoridad del Canal de Panamá y la ley orgánica que lo desarrolla[6], las finanzas de la ACP se manejan separadamente de las del resto del Estado. Esta separación le permitirá a la ACP acceder a fuentes de financiamiento bajo las mejores condiciones posibles.

No se utiliza la garantía o el aval de la Nación: Ningún financiamiento del Canal contará con la garantía soberana de la Nación. Por lo tanto, los contratos de financiamiento del Canal no se consolidarán con la deuda soberana. En otras palabras, de la misma que las finanzas del Canal no se consolidan con las finanzas del sector público, el financiamiento para la construcción del tercer juego de esclusas no se consolida con la deuda pública del Estado.

Se aumentaran los aportes del Canal al Tesoro Nacional: Con la ejecución del programa de inversiones para la construcción del tercer juego de esclusas, se propone que los partes totales de los años fiscales 2005 y 2006[7]. Durante la construcción del tercer juego de esclusas, los aportes totales del Canal al Tesoro Nacional serán, en promedio, de más de $750 millones por año, y para el año 2015 podrán ser más de tres veces los aportes del 2005. Para el año 2025 se estima que los aportes totales del Canal al Tesoro Nacional serán más de 8 veces los aportes del 2005.

Se utilizarán fuentes distintas de financiamiento: Por razón de la naturaleza del proyecto, la ACP utilizará mercados financieros diferentes a los que utiliza el Estado para financiar sus programas de inversiones.[8]

Una forma de financiar sería a través de los bancos locales, establecidos en el sistema financiero local, lo cual le daría a esta industria un crecimiento interesante (adicional a su crecimiento natural), o se podría ir a la banca internacional buscando esto mismo. El tema aquí sería que la ACP necesita de un grado de inversión, que le permita accesar los fondos al nivel de precio más bajo posible en el mercado bancario.

Una posibilidad con la banca local es la de establecer un préstamo sindicado que le permita a la mayor cantidad de bancos participar en el financiamiento de la ampliación del Canal de Panamá, por un monto lo suficientemente grande que permita la mayor cantidad de bancos posibles (especialmente los de capital panameño), pero al mismo tiempo una cantidad que permita hacer otras cosas adicionales – pero al mismo costo – en otros mercados.

El financiamiento de $2,500 es una cantidad lo suficientemente grande que permite la participación de diferentes mercados y “democratiza” – financieramente – la ampliación del Canal de Panamá, y al mismo tiempo busca repartir el riesgo del proyecto en los diferentes mercados y le permite a la ACP tener diferentes opciones de financiamiento a buen precio, restándole importancia a un mercado en particular sobre otro.

De acuerdo a la propuesta de ampliación del Canal de Panamá, “la ACP podrá conseguir financiamiento en términos muy competitivos, ya que la fuente de ingresos del Canal es externa (en este caso en particular la economía de Panamá no juega un papel importante en el calculo de los ingresos del Canal de Panamá, muy por el contrario, la economía se nutre de los ingresos de la ACP), y la capacidad de financiamiento y sus términos están dictados por la calidad de los usuarios del Canal (que todos son internacionales y que buscan la mejor ruta para poder resolver sus necesidades), los niveles de utilización de la ruta (que mejoran considerablemente con la ampliación del Canal de Panamá), el hecho que los servicios del Canal se cobran por adelantado (y que en realidad convierten esta operación en una operación de efectivo) o se atienden mediante garantías bancarias de primer orden con un ciclo de cobro de 48 horas y que es un negocio con mercado comprobado”[9].

Veamos las oportunidades de financiamiento que existen en el mercado de valores local. Con un volumen total de $2,256 millones transados en la Bolsa de Valores de Panamá para el año 2,006, sería imposible pensar que el mercado pueda absorber los $2,500 millones de financiamiento que la Ampliación del Canal de Panamá necesita.

Pero no sería utópico pensar que la Bolsa de Valores de Panamá pueda transar los valores que decida emitir la ACP hasta por la suma de $500 millones, aún cuando esta suma representaría alrededor de un 15% para los volúmenes que se esperan negociar para el año 2008. Ya han habido emisiones grandes en la Bolsa de Valores de Panamá, aun cuando ninguna de esta magnitud.

Como podemos ver, la proyección para el 2008 de montos negociados a través de la Bolsa de Valores de Panamá podrían llegar a la suma de $3,249.1 millones, que no deben incluir los $500 millones que yo calculo se pudieran negociar en la BVP sin ningún problema, y que pudieran representar un 13.3% del total transado ese año, y sin temor a equivocarnos, debiera ser la cantidad más grande negociada en la BVP desde su inicio en 1998.

¿Pero qué y cómo se pudiera negociar estos valores en la Bolsa de Valores de Panamá? Para empezar, y como ya lo mencionamos anteriormente, la ACP debe obtener su calificación de riesgo, a través de algún de las grandes calificadoras de riesgo – Fitch o Standard & Poors, por mencionar algunas.

Ya con una calificación de riesgo, que no dudamos que sea un grado de inversión, la ACP pudiera obtener buenos costos en los intereses, y ofrecer sus papeles a cualquier tipo de inversionista. Tenemos que recordar que un valor con un grado de inversión permite que todo tipo de inversionista institucional pueda adquirir el papel, incluyendo el programa de Invalidez, Vejez y Muerte de la Caja de Seguro Social.

Es aquí donde se pueden tomar diferentes tipos de decisión, no sólo basadas en bases financieras, pero que pudieran incluir topes de inversión (para democratizar la compra de papeles entre la mayor cantidad de inversionistas posibles), tipos de inversionistas (hacer emisiones para el publico en general y otras para inversionistas institucionales, etc.).

Todo va a depender de las condiciones que existan en el mercado y de la creatividad del equipo financiero de la Autoridad del Canal de Panamá, y si realmente ven como algo positivo el hacer emisiones en el mercado de valores local.

El otro punto interesante sería el de ofrecer diferentes tipos de bonos, i.e. VCN’s para obtener financiamiento a corto plazo y a un precio bajo, pudiéndose hacer subastas de los mismos para obtener precios más bajos, o Bonos Corporativos para pequeños inversionistas, buscando dar el beneficio de obtener un papel comercial sin mucho riesgo, y que pueda dar un rendimiento interesante, democratizando el financiamiento de la Ampliación del Canal de Panamá.

Otro punto interesante sería el de ir sacando las emisiones al mercado de acuerdo con las necesidades en tiempo y monto de la ampliación del Canal de Panamá y así evitar costos innecesarios, esto también nos permitirá darle tiempo a los inversionistas a que se preparen con anticipación, y al haber más interesados en los valores nos permitirá tener más competencia para la adjudicación de estos bonos, y todo esto en conjunto se traducirá en que se mantenga el mercado de valores con mucho dinamismo.

Además, el espaciar las emisiones, le permite al inversionista el ver el movimiento de la ampliación del Canal y la construcción del Tercer Juego de Esclusas, lo que les aumentaría el apetito, al funcionar esto como un programa de Relaciones Públicas, crea las condiciones apropiadas para que entren más inversionistas y se constituye en un efecto multiplicador en el mercado de valores.

Me gusto mucho la idea de Jose Abbo en su articulo “El Encanto Financiero del Canal de Panamá” cuando menciona “una idea es del fideicomiso negociado en bolsa. En este caso se estructura un fideicomiso cuyo mandato sería el de únicamente adquirir bonos con el sólo propósito de proveer recursos de capital a la expansión del Canal.

Para la obtención de este capital con el cual se adquirirán dichos bonos, se emitirán certificados de participación en el fideicomiso a través de una oferta pública inicial en la Bolsa de Valores de Panamá. Dichos certificados negociables representarían una participación fraccionaria en los instrumentos de deuda que ha adquirido el fideicomiso. Estos pudieran ser emitidos con un valor nominal lo suficientemente accesible para el “pequeño” inversionista, digamos US$25.00 por certificado”[10]

Como podemos apreciar, esta es una forma interesantísima de una participación democrática del pueblo en la ampliación del Canal de Panamá y la construcción del tercer juego de esclusas. Funcionaría como una acción sobre una compañía cuyo objetivo es el de comprar bonos de la ampliación del Canal de Panamá – ahora, esto va a depender de que realmente se emitan bonos, ya sea local o internacionalmente.

Pero como dice Abbo, “de esta manera, el inversionista no tendría que pagar los US$1,000 mínimos de valor nominal que por lo general se emite un bono común. El fideicomiso transferiría a los tenedores de los certificados, el interés devengado del cupón que paga el bono o los bonos al fideicomiso. Al vencimiento del bono se procede a la liquidación del fideicomiso y se devuelve el valor nominal o el principal a los participantes”[11]

Lo bueno de esta propuesta es que los inversionistas podrían tener un mercado secundario donde poder vender sus participaciones, en caso de que necesiten hacerlo por problemas de liquidez. Y por el lado romántico del mercado de valores, estaríamos atrayendo a nuevos inversionistas, los cuales podrían probar lo que es invertir en la Bolsa de Valores de Panamá.

Y como dice el Presidente de la Comision Nacional de Valores, el Dr. Carlos Barsallo, “la inversión, de ofrecer interesantes retornos y evaluados los riesgos, podría ser atractiva para el panameño. Así como existen datos alarmantes de pobreza en Panamá, no se puede ignorar la existencia de un segmento de la población compuesto por profesionales, comerciantes, empresarios, pequeños y medianos, y trabajadores que tiene ahorros y que puede invertir. Los montos para invertir pueden ser establecidos para permitir la mayor participación”[12].

Es decir, existe un mercado interesante donde estas participaciones podrían ser colocadas, y entre más accesible el precio sea, más inversionistas posibles podrían estar interesados en invertir, o sea, el mercado se hace más grande.



[1] La ACP paga al Tesoro Nacional 75 centésimos por cada tonelada CPSUAB que transita por el Canal
[2] Nota 7 de los Estados Financieros de la ACP 2006
[3] Propuesta de ampliación del Canal de Panamá, 26 de abril de 2006, Pág. 66
[4] Propuesta de ampliación del Canal de Panamá, 26 de abril de 2006, Pág. 66
[5] Propuesta de ampliación del Canal de Panamá, 26 de abril de 2006, Pág. 70
[6] Titulo XIV de la Constitución Política de la Republica de Panamá y la Ley Orgánica 19 del 11 de junio de 1997
[7] Según los Estados Financieros Auditados de la ACP, los aportes del Canal al Tesoro Nacional en el año fiscal 2005 fueron de $489 millones, que incluyen $191 millones en concepto de pago por derecho de tonelada neta, $29 millones en tasa de servicios públicos y $269 millones en concepto de pago de excedentes
[8] Propuesta de ampliación del Canal de Panamá, 26 de abril de 2006, Pág. 69-70
[9] Propuesta de ampliación del Canal de Panamá, 26 de abril de 2006, Pág. 70
[10] Compilación de artículos sobre la regulación y el funcionamiento del mercado de valores en Panamá, Tomo II. El Encanto Financiero del Canal de Panamá. Jose N. Abbo.
[11] Compilación de artículos sobre la regulación y el funcionamiento del mercado de valores en Panamá, Tomo II. El Encanto Financiero del Canal de Panamá. Jose N. Abbo.
[12] Compilación de artículos sobre la regulación y el funcionamiento del mercado de valores en Panamá, Tomo II. La ampliación del Canal y el mercado de valores Panameño. Carlos A. Barsallo P.

Introduccion

Desde que nuestro territorio fue descubierto por los españoles, enmarcado dentro del istmo Centroamericano, Panamá ha ostentado el título de Corazón del mundo comercial. Utilizando primero mulas y canoas, se percataron que podían mover las mercancías y tesoros del lado Pacífico de América del Sur; y luego con la construcción de un ferrocarril, el cual unió a los dos océanos más rápidamente (aupado por la Fiebre del Oro de California), Panamá se vió utilizada como un punto de tránsito del comercio internacional, donde se podía pasar del Océano Pacífico al Mar Caribe, y viceversa, ahorrándose tiempo y dinero, tratando de ser los más productivos en el transporte, y sin querer, sembrando la semilla que más adelante Ferdinand de Lesseps vio germinando y que lo llevó a desarrollar una ruta para el Canal de Panamá.

Desde ese entonces, la historia de Panamá se ha desarrollado basándonos en este paso expedito que representábamos para las diferentes potencias – España, Francia, Inglaterra, y por último, los Estados Unidos, y que todos ellos querían tener bajo su control sin importar con la verdadera historia detrás de todo esto – la gente de Panamá.

El primer proyecto de un Canal por Panamá fue visualizado por la corona española en 1529 cuando el Rey de España, Carlos V, estaba convencido que era necesario utilizar el istmo de Panamá como tránsito para las mercancías provenientes de Perú, Ecuador y Asia. Para los 1800’s, específicamente en 1819, unos años antes de las independencias de la gran mayoría de los países de América del imperio español, el alemán Von Humboldt revivió el proyecto español y consiguió el permiso de la corona para la construcción del Canal en Panamá.

Pero no fue realmente hasta 1880, que un proyecto empezó seriamente encabezado por Ferdinand de Lesseps, el mismo constructor del Canal de Suez. Sin embargo, el proyecto francés se encontró con mucha resistencia de la naturaleza, lo que hizo que el proyecto se viniera abajo.

Y a pesar que Estados Unidos se había interesado en la misma ruta, desde la construcción del Ferrocarril Transístmico en Panamá en los 1850’s, las condiciones no fueron ideales sino hasta cuando Panamá decidió separarse de Colombia, y por medio de un tratado – que ningún Panameño firmó, se le concedió a Estados Unidos el derecho de la construcción y la administración del Canal de Panamá con un pago inicial de $10, 000,000 y pagos anuales de $250,000 a perpetuidad.

Obviamente, la historia ya ha sido contada a este respecto en innumerables ocasiones, y sólo nos resta mencionar también que el tema de la ampliación del Canal de Panamá, ya había sido tocado por los Estados Unidos en 1939, adelantándose mucho de los estudios e inclusive las excavaciones iniciales, estableciendo la ruta, pero una vez que Estados Unidos se vio involucrado más en la Segunda Guerra Mundial, el proyecto se estancó y aunque quiso revivir en los años 70’s y 80’s, la inminente devolución del Canal a manos panameñas hacían que esta inversión fuera considerada un lujo si ya Estados Unidos no iba a poder aprovecharse de la misma. Me imagino también, que el proyecto pasaba a segundo plano en los 50’s y 60’s, debido a que estaban muy comprometidos con el Plan Marshall de reconstrucción de Europa después de la guerra, luego por la guerra de Korea, y por ultimo por la incursión en la Guerra de Vietnam.

Si analizamos la administración del Canal, antes que pasara a manos panameñas, la misma era una administración meramente gubernamental, donde era más importante cumplir con el presupuesto de gastos – de manera de no perder la misma suma o una mayor para el siguiente año, que ser eficientes y productivo y darle un buen retorno a la inversión de los Estados Unidos.

Con la entrada de Panamá como administrador del Canal, y sin tener presiones presupuestarias – en forma, más no en fondo – las administraciones panameñas se han dedicado a obtener mayores beneficios todos los años, pero si manteniendo la disciplina del mantenimiento – ante todo – de la via interoceánica, año tras año. El proyecto de ampliación del Canal empezó hace varios años atrás (había empezado muchos años antes que Panamá fuese el dueño absoluto del Canal de Panamá), y se ha seguido desarrollando sin importar el gobierno que ha estado al frente.

Pero no es sino hasta el año 2006 que el proyecto se perfecciona, utilizando 50 compañías consultoras para desarrollar 104 diferentes estudios y donde se invirtió la suma de $42,000,000, de manera tal que se pudiera tomar la mejor decisión para el futuro de nuestro Canal. Es así como el ejecutivo decide presentar el proyecto a la Asamblea Nacional de manera que esta aprobara o no el desarrollo de un referéndum para la aprobación de la “Propuesta para ampliar la Capacidad del Canal mediante la construcción del tercer juego de esclusas”. El proyecto fue aprobado a mediados del año 2006 por abrumadora mayoría y si todo sigue en curso, se prevé que el mismo concluya para el año 2014.

El Mercado de Valores de Panamá fué creado en 1970, por medio del Decreto de Gabinete No. 247, la cual “establece el primer cuerpo normativo formal para regular, analizar y fiscalizar la venta de títulos valores al público inversionista y se crea la primera Comisión Nacional de Valores adscrita al Ministerio de Comercio e Industria, la cual tal como se estableció gozaba de personería jurídica, autonomía en su régimen y manejo interno, sujeta a la vigilancia e inspección del Órgano Ejecutivo y de la Contraloría General de la República”.

Pero realmente obtuvo su impulso con la creación de la Bolsa de Valores de Panamá en Junio de 1990, año en que Panamá inició su segunda era democrática luego de 22 años de dictadura, que se recrudecieron en los últimos años con la crisis político-económica que terminó con la invasión de los Estados Unidos a Panamá en Diciembre de 1989. Lo interesante de este proyecto fué que el mismo se gesto justo cuando las condiciones del país no lo permitían, pero que vino como anillo al dedo, una vez se reinstauran las condiciones de libertad que este país necesitaba.

Con un volumen total de $2,256.3 millones transados durante el año 2006, la Bolsa de Valores de Panamá ha crecido los dos últimos años 25.2% y 34.2% respectivamente, a ritmos muy por encima del crecimiento de nuestra economía (y el crecimiento ha sido vertiginoso en tan sólo 17 años de existencia, si tomamos en cuenta que el primer año de operación – 1990 – sólo tuvo un volumen de $3.3MM).

Durante los años 2000 al 2004, la Bolsa de Valores de Panamá tuvo un bajón sustancial en todas sus operaciones, paralelo al movimiento de la economía nacional (fueron los únicos años en que nuestra economía creció a un ritmo menor del 4% e inclusive un año decreció la economía), que tampoco estaba en su mejor forma. Pero en los últimos dos años, su repunte ha sido más que espectacular, y a pesar de las fusiones y adquisiciones, especialmente en el sector bancario, el movimiento de la Bolsa de Valores de Panamá, se espera que mantenga ese dinamismo y que entren nuevos jugadores a la plaza.

Es innegable que el auge de nuestro país aun cuando se nota más desde el 2004, empezó con nuestro segundo aire en 1990 luego de la salida del General Manuel A. Noriega del poder, cuando los empresarios, trabajadores, gobierno y pueblo, se han enfrascado en llevar por nuevos senderos a nuestra república, y aún cuando sabemos que las cosas pueden mejorar, hay que mirar con positivismo lo que viene y lo que podemos hacer por nosotros mismos.

Durante los últimos dos años, el Mercado de Valores ha tenido mucho movimiento causado principalmente por los movimiento de fusiones y adquisiciones – principalmente de bancos – los cuales en su gran mayoría cotizaban sus acciones a través de la Bolsa de Valores de Panamá, y que al ser adquiridos por bancos extranjeros, han hecho que el tamaño del mercado se vea afectado. Sin embargo, la liquidez creada por estas compras, ha hecho que muchas acciones, que antes tenían movimientos insignificantes, tengan un auge subiendo sus precios en la BVP a niveles impensables.

Los bancos locales que han sobrevivido estas series de fusiones y adquisiciones han tomado un segundo aire al ver que sus acciones se han revalorizado, como por arte de magia, respondiendo a una demanda causada por una liquidez no antes vista en el mercado.
¿Que podemos esperar para el futuro? Mucho movimiento, la creación de más bancos en el sistema y eventualmente su incursión en el mercado de valores. Otros seguirán los pasos de Banistmo, viendo su crecimiento natural en Centroamérica y Colombia, como efectivamente vemos algunos grupos económicos saltando fronteras y haciéndose más grandes. Pero también vemos la entrada de otros jugadores en otras industrias que eventualmente harán las fusiones y adquisiciones que crean convenientes para consolidarse en el mercado.

Eventualmente, la ampliación del Canal de Panamá, si se juegan bien las cartas en el mercado de valores, podrá tener un efecto significativo en el sistema, aumentando los montos negociados considerablemente y aumentando el número de inversionistas – sobre todos los individuales – los cuales buscaran en el mercado de valores otra alternativa para sus ahorros – como debe ser.

El reto de construir un tercer juego de esclusas y de ampliar el Canal de Panamá esta supeditado también a la competencia que mantiene el Canal a nivel mundial. Existen una serie de alternativas, que hubiesen ganado mucho más, de no haberse tomado la decisión correcta de aprobar la ampliación del Canal de Panamá en el referéndum del año 2006. Claro que esta historia no es nueva, es más, desde antes que se empezara a construir el Canal a finales de los 1800’s y principios de los 1900’s, ya Panamá contaba con competencia, como por ejemplo Nicaragua.

Ahora, “sus dos competidores principales son: la ruta transpacífica conectada al sistema intermodal de los Estados Unidos y el Canal de Suez. En Estados Unidos hay puertos que promueven entre sus clientes la ruta marítima desde Asia hasta la costa Este del país a través del Canal de Suez”[1]. Esto lo hacen basándose en el hecho que los buques post Panamax no pueden pasar por el Canal actual ya que sus esclusas sólo aceptan buques con la medida de Panamax.
Estos también aducen unos costos más bajos, ya que al utilizar los Panamax, estos pueden cargar más contenedores, lo que les baja el costo unitario, sin embargo pierden de vista los costos adicionales que esto representa, al descargarlo en el este de los Estados Unidos, para luego llevarlos hacia el oeste, sobre todo en estos tiempos cuando el barril de petróleo esta por encima de los $60, y que el precio de la gasolina sobrepasa los $3 por galón. Y esto aunado al hecho que se ha congestionado el sistema ferroviario y portuario de los Estados Unidos, hacen que esta selección, en la gran mayoría de los casos no sea la mejor.

Imagínense ahora que con la ampliación se les va de las manos el hecho que los port Panamax no pueden pasar por el Canal de Panamá, y habremos hecho el mejor trabajo posible para contrarrestar las posibles ventajas de esta ruta.

“Otra potencial competencia del Canal de Panamá sería la posible conexión intermodal entre puertos de la costa Oeste de México y Canadá hacia los Estados Unidos. En teorías el sistema simplificaría el transporte, reduciría los costos y el tiempo, ya que los contenedores no tendrían que cambiar de naves en su travesía”[2].

Ahora, este tema es igual a descargar los barcos en Balboa, mandarlos por el tren y volverlos a cargar en Cristóbal. Cada vez que se tenga que manejar el contenedor estamos añadiéndole un costo adicional al transporte del mismo, por lo que esta ruta, no necesariamente sería más barata. Y como mencionamos anteriormente para el sistema intermodal de los Estados Unidos, con la ampliación del Canal de Panamá y la construcción de un tercer juego de esclusas por donde puedan pasar los buques post Panamá, difícilmente esta ruta será competencia para nuestro Canal.

“De igual forma, la alarma lanzada por ecologistas sobre el calentamiento global también preocupa al Canal de Panamá. Y es que si las pesimistas proyecciones se cumplen y el casquete de hielo del Ártico sigue derritiéndose, para el año 2050 se podría crear una ruta al norte de Canadá que sería navegable durante los tres meses de verano para el comercio de Asia y la costa este de los Estados Unidos, atravesando el Ártico”[3].

Esta ruta, además de tener una probabilidad no muy alto, no porque el calentamiento global no suceda, sino que los expertos no creen que el tránsito por el Ártico sea tan viable como para que algún buque se pueda tomar ese riesgo, aun cuando sea verano. Y por otro lado, la potencial ventana de tres meses, no sería lo suficientemente larga como para que afecte significativamente las operaciones del Canal de Panamá.

En fin, Panamá tiene mucha competencia, unas mejores que otras, sin embargo, con la aprobación de la ampliación del Canal de Panamá y la construcción del tercer juego de esclusas, estaríamos dejando sin argumentos a cualquier otra ruta que exista o que pudiese aparecer. Sólo queda por parte de Panamá el mantener la ruta interoceánica para su propio beneficio y el de todos sus usuarios.


[1] Rumbo al referendo – El futuro del Canal. Diario La Prensa. 27 de abril de 2006. Pág. 09
[2] Rumbo al referendo – El futuro del Canal. Diario La Prensa. 27 de abril de 2006. Pág. 09
[3] Rumbo al referendo – El futuro del Canal. Diario La Prensa. 27 de abril de 2006. Pág. 09

La ampliación del Canal, el Mercado de Valores de Panamá y el futuro del mismo

INDICE

Introducción

El Mercado de Valores en la ampliación del Canal de Panamá

Financiamiento alternativo a los contratistas de la ampliación del Canal de Panamá

La pequeña empresa como motor de la economía, y su vinculación con la ampliación del Canal de Panamá – Financiamientos especiales a través del Mercado de Valores de Panamá

El panameño y su rol en el financiamiento de la ampliación del Canal de Panamá

Conclusiones

Recomendaciones

Bibliografía